miércoles, 2 de marzo de 2011

El eucalipto de los enamorados

Por todos son conocidos los diversos y múltiples usos del eucalipto: para fabricar papel, hacer muebles o incluso para mitigar los molestos efectos de los catarros. Pero hay uno que, sencillamente, roza la fantasía: hacer de celestina.

Al menos así lo creen miles de gallegos y vecinos de Santiago de Compostela que, animados por una vieja tradición popular, cada año se dan una vuelta por el “árbol de los enamorados” o “árbol del amor” con el deseo de casarse cuanto antes y vivir felices toda la vida. Y no se crean que ésta es una creencia minoritaria, pues la corteza de este árbol celestina está llena de corazones con nombres de apasionadas parejas de amantes.

El “árbol de los enamorados” es un eucalipto de grandes dimensiones que está plantado en la Alameda de Santiago de Compostela. Su tronco, de unos ocho metros de perímetro, está rodeado de un banco de madera donde los enamorados dan rienda suelta a la pasión mientras disfrutan de una hermosa vista de la imponente catedral de la capital gallega.

Ubicado en el tramo final del Paseo de los Leones a modo de mirador, este eucalipto de propiedades mágicas se ha convertido con el paso del tiempo en un atractivo más para los miles de turistas y peregrinos que visitan Santiago de Compostela. Con sus 120 años de edad y una altura cercana a los 40 metros, el eucalipto del amor es uno de los primeros ejemplares de esta especie de origen australiano que se plantó en Galicia. Muy cerca, otros dos eucaliptos centenarios dan cobijo a los paseantes, pero hay quien dice que sufren de celos porque las parejas prefieren el abrigo cómplice del “árbol de los enamorados”.

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